Ser ignorada, rechazada y olvidada es un canto fúnebre que resuena en mi alma.
Ser comparada con otras, ser juzgada por mi apariencia, es un veneno que corroe mi interior y se llama dolor.
Recibí consejos de como complacerte, comentarios que me reducen a un objeto, es un ultraje que me quita el aliento.
Ser olvidada, abandonada en el momento más crítico de mi vida me condena a la soledad a un camino sin salida.
Me haces sentir pequeña, con un corazón herido y deshecho con tristeza.
Cuando solo tú podrías salvarme, me das las espalda y te alejas sin mirar atrás, eso es un dolor que trasciende a profundos caminos que jamás entenderás.
Pero esto, es peor que una puñalada en el corazón, que me quita la vida en un instante y con un inmenso dolor.
Pero yo...
Yo ya estoy muerta en vida, con mi espíritu aplastado y mi alma extinguida.
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