Ya no veo prados verdes
ni tampoco más montañas
y al mirar por la ventana
solo veo atardeceres.
Y no escucho los jilgueros
que apagaron ya sus trinos
como los de muchos mirlos
que hace tiempo se murieron.
Ya no siento brisas frescas
solo siento vendavales
que nos traen sus maldades
para que pronto anochezca.
Y no miro los riachuelos
que bajaban de las lomas
ni tampoco las corolas
florecientes en invierno.
Ya no escucho melodías
resaltando sentimientos
esos eran otros tiempos
hoy resalta la impudicia.
Hasta el sol está inclemente
y sus rayos mucho queman
se murió la yerba buena
¿Se habrá muerto para siempre?
Y también es más escasa
el agua de manantiales
y aquel verde de los valles
se ha cambiado por sabanas.
Y no crean que estoy ciego
sordo, mudo ni insensible,
pero hasta el amor se extingue
y también lo verdadero.
La maldad es duradera
más perenne que lo bueno,
dizque cosas del milenio
pero no todas son buenas.
No me cuenten ni me digan
que no es cierto lo que digo
porque a diario lo que miro
yo lo digo en esta lira.
Solo espero que comprendan
lo que expreso en cada verso
de lo poco que tenemos
y de tanta, tanta mierda
que no es poca la que queda.