Imparable
Cuando el odio te corroe en los adentros
y la envidia es la vecina más cercana;
es caudillo hasta el silencio en sus encuentros
y la noche se apodera en la mañana.
Y es que el alma se consume en epicentros
y el amor es una herida que no sana.
Pues la vida está en mil círculos sin centros
y la paz es un tormento que engalana.
Pero hay algo tan hermoso en la sufrida,
que es la guía y el motivo de esperanza
cuando el agua se desborda y no hay salida.
Es, por tanto, la renuncia una balanza
para darle mil sonrisas a la vida
y encontrar la plenitud de la confianza.
Samuel Dixon