Ella se aferraba
A sus dinámicas formas
A su escurridiza flacidez,
Traspasando el tiempo en
Aquella temprana hora
Sus entrelazados cabellos
Un sutil rostro ocultaban,
Envuelto en misterioso halo.
Tras aquel despejado ventanal,
El viento mecía su áurea melena
De su talle refulgían
Exuberantes sugestiones
En azulados fulgores, que
Delineaban su ambarino escote;
Lienzo de esmeraldas entretejido
Por Entre sus piernas vagaban
Tules de transparente seda
Conjugación de carmesí y vainilla,
Trasluciendo la refulgente fibra, la
Anatomía de una pletórica juventud
Y el viento borraba el rastro de
La encrucijada tambaleante e indecisa,
Desmenuzaba los amorosos sentidos
Para convertirlos en, solamente imágenes
¡Y la imagen fue languideciendo en el tiempo!