Torbellino despiadado, que todo arrastra a su paso,
Avanza insensato, sin medir su poder.
Me arranca la piel, pero no me desintegra,
Sigo mi camino bajo la implacable tormenta.
Mi carne se fragmenta en mil pedazos,
Y mi corazón se estrecha, herido.
Desaparece la luz que habitaba en mi ser,
En la oscura soledad me veo incompleta,
Buscando un camino que ya no existe.
Este corazón insensato, que no hace más que buscarle,
Palpita constante, soñando con tenerle.
Se desvanece en el deseo, entre mentiras e ilusiones,
De un corazón que permanece desgarrado,
Que en silencio se quiebra, y sangra, y sangra.