Te regalo mis manos,
para sentir mis caricias
cuando con mi ausencia
colme de frío tu alma.
Te regalo mis palabras,
para cuando te sientas en soledad
las oigas repetir una y mil veces
susurrándote ¡Te amo! ¡ Te amo!
Te regalo mi cuerpo,
para cuando sientas deseos de amar
no tomes de el solo lo necesario,
también tomes su calor.
Te regalo, mi vida, mi esperanza, mi juventud
para que cuando sientes que todo acabe,
tomes el camino de regreso
con la esperanza escrita en la vera del camino
en la cual te espero,
para brindarte con pasión,
la calma del eterno amor
que siempre lo tendrás en mi lecho
y en mi corazón
que no sabe de recuerdos
solo sabe de las llamas
del ardiente volcán
que se tejen en mi vientre
cual esferas de cristal…