En algún momento nos amamos ¿cierto?
En algún momento te imaginaste conmigo envejeciendo,
con los nietos en el patio corriendo
y la radio tocando nuestros boleros.
En algún momento yo me imaginé a tu lado
tomando el sol como lagartijas;
platicando de lo cotidiano
y de los detalles en que una se fija.
Me consuela pensar que tal vez en otra vida
tú y yo seguimos acurrucados en tu cama,
tomados de la mano porque abrazarnos no era suficiente
y el calor de nuestros cuerpos nos fundió en las sábanas,
dejándonos así para siempre.
Cuerpo con cuerpo,
alma con alma
corazón con corazón…
En algún momento yo te hubiera llamado,
te hubiera dicho que te extraño
y que tu ausencia me hace daño,
que extraño besarte la cara
y que me raspe tu barba.
Que extraño dormir contigo,
tu brazo tomándome por el ombligo,
jalándome para acercarme a ti,
porque ya te habías acostumbrado a mí
y sintiéndome cerca ya no tenías tus tics
que te hacían brincar hasta despertar.
En algún momento yo hubiera bajado las armas,
hubiera levantado la bandera blanca de la paz
y te hubiera dicho que regresaras,
que ya no puedo más.
Y aunque ahora no es distinto
y me muero por estar contigo,
prefiero darle a esto una muerte silenciosa
acompañada de distancia
porque es mejor llorar una temporada
qué sentirme atrapada
en un círculo vicioso
donde no sé si voy a tu lado, delante o detrás.