PUREZA DE AMOR
Hermosa mía,
eres clavel, eres margarita, eres pura vida,
así como ellas te conservas viva,
donde el elixir del agua manantial hace el milagro.
Cuando el sol naciente descubre su velo en la alborada,
así naces tú como caída del cielo, reluciente y amada.
Eres pureza de amor, llena de encanto,
en tus ojos se retrata el amor, el dolor,
el sufrimiento de los que te rodean,
de los que te buscan para usurpar
la dulzura de tu alma.
Hermosa mía,
eres la armonía que se respira en el silencio,
y toda tú aún en los más escabrosos caminos,
renaces y te mantienes de pie junto a la hoguera,
y no te quemas porque llevas una cúpula protectora
que te sirve de abrigo.
Cuando llega la lluvia con su borrasca prendida,
cuando el rio caudaloso revuelca las piedras,
y arrastra el lodo y las miserias,
tu sigues en pie, sigues intacta,
erguida, como el mástil de un barco
que se defiende de las olas perdidas.
Hermosa mía,
un día como este,
naciste y te mostraste a la tierra,
y ésta bramó de alegría,
y enraizaste con fuerza,
y creciste con el sello de los que
no se detienen, de los que todo lo pueden.
Hermosa mía,
seguirás siendo flor hasta el fin de tus días,
pero la belleza de tu alma perdurará toda la vida.
Autor: Fabio Bohórquez Rodríguez.
Registro No. 10-216-651.*
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