Cuán hermoso floral,
ideo volverte versos;
poesía he aquí disperso
en ti, futuro maridar.
Razón de mi poetar,
en tus ojos me inmerso.
Perdón si algo tergiverso
con mi extraño versar.
Cuán sutil es tu andar,
mas no sé tu nombre.
No asustes, no asombres,
ladrona del divisar.
Hoy he de atestiguar,
y dama, no asombre:
que de un solo mirar
se esclaviza el hombre.
Galva