Las vidas de muchos cambiaron,
pero las costumbres, a leguas, se quedaron.
La tecnología avanza sin medida,
y la naturaleza se apaniquea sin mesura.
Los amores ya no duran;
los divorcios abundan.
Los corazones se endurecen…
pues de amor carecen…
Las horas se reducen,
y en sí se pierden…
¿A dónde iremos a parar…?
El tiempo pasa muy lento…
tanto… que en un parpadeo ya somos otro año…
Más disfrutar el presente
y abrazar el fino aroma de un “hasta siempre”…
Es un sentimiento adormeciente
e inaceptable…
Pero, al mismo tiempo…
adorable, relajante…
e invaluable…
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