Lin T

Amor destinado.

Estaba tan cegada que de aquello no me percaté.
Mis miedos, inseguridades, la certeza de que este dulce sentimiento se tornaría amargo...
Todo eso y un poco más, por todo eso y más, cegarme me dejé.

No creí que las sonrisas tuyas tuvieran secretamente grabadas el nombre mío.
No sabía que el beso en mi frente aquel día me haría pensar \"me enamoré, ¡Dios mío!\"
No creí que mi mera existencia fuera fácil de soportar, mucho menos de amar.

La pregunta llegó y con ella la claridad.
Lo sé, lo sé, todos lo notaron; parece que después de todo desde el día uno mi corazón y el tuyo se amaron.