Freddy Kalvo

¡Murió de sed!

Un día como cualquiera

volvió a la montaña un lobo

en busca de su caverna

y completamente… ¡solo!

 

Cuando iba por el camino

(que ya no estaba boscoso)

pensó, se había perdido,

pero no sabía… ¡cómo!

 

Se sintió muy confundido

por momentos, agotado,

la montaña sin su brillo

no cantaba el mismo canto.

 

Buscó el agua cristalina

de aquel río recordado,

pero solo halló arenillas

y hojas secas de salamos.

 

El ambiente no era el mismo

se drenaron los arroyos

que lucían cristalinos

donde hoy buscan más el oro.

 

Y aquel lobo sin comida

ya sin nada que beber

no encontró agua cristalina

y al final… ¡murió de sed!