Las letras abrazan con la gratitud de un beso inesperado o un destello fugaz.
Cada palabra con destino al sentimiento, es un placer recibido para un pensamiento rescatado o prohibido.
Nunca prives del verso ni el verbo a la promesa de una respuesta o a quien con sutil gentileza te deja caer el susurro de una sintonía escrita.
(Gloria Villanueva)