Invierno, pesa el frio
bajo la luna llena, el viento
acaricia la luz escarchada
sobre la verdura plateada,
vano vaho reflejo en el espejo.
Hace frio, se resiente en el rostro
gélida obscuridad estrellada.
La noche cruzando
cálidas llamas aureoladas
que el crepúsculo lanza a los ojos
como la luz se disuelve en alas
veladas por la frialdad del fuego.
La noche repunta aterciopelada
un rayo de insomnio
deslumbra las puertas y ventanas,
estrellas, secretos olvidados,
la sombra del ojo plenilunio,
un grito de socorro
al dragón que duerme
bajo la manta sagrada luna.
Surgen en la penumbra: los sueños
emergen dando color a la aurora.