Príncipe infante tan majo y hermoso;
Sólo le dio su cantar al galante,
que, por lejano pasó de ignorante,
a ser Maestro del verso valioso.
Fuerte el encono que siente envidioso,
el falso líder; Por cierto flagrante,
mazo en los clavos que el buen caminante,
nudos y rozas le carga al acuoso.
Mar belicoso más libre no existe,
ante la vista del clan de los ciegos,
los que de tontos le creen al triste.
Entre los tuertos con crueles talegos.
Yacen al paso del Sol que rendiste...
Junto a su Amigo; las bolas de fuegos.
Autor: Mario Rodolfo Poblete Brezzo.
13 de Enero del Año 2025.
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