¿Qué tendrás tú, figura penitente,
para que en el gentil haya apabullo,
para que te paseen con orgullo,
para que te brinden dones de Oriente?
Viendo el rubro en las púas de tu frente,
¡una epifanía! y en mi un leve arrullo,
¡un estruendo! y calma tras el barullo,
pues mi sordo corazón te oye y siente
Pastor que curó a oveja ciega o muda,
¿fuiste tú quién eligió este destino?
¿acaso no te atormentó la duda?
Libraste al hombre con el pan y el vino,
mas al Diablo sigue pidiendo ayuda,
¿por qué optaste entonces por este sino?