Ahora
es tiempo de dejar el aroma,
dejar las torpezas del amor
y plasmar las huellas
de ese sentir que nos trajo dolor.
Ahora
toca ir dejando las migas de pan
en el camino,
que nunca vas a volver a pisar.
Ahora al final de los días
cuando se acerca la puesta de sol,
cedemos la heredad
como legado final.
Ahora
aquello que fue
y pudo o no pudo ser,
siempre, el tiempo nos deja
el imposible volver;
incapaces de retocar los hechos
que nos hicieron envejecer.