Cuesta encontrarte con la profundidad,
teniendo un cráter incrustado en tu pecho.
Sí, estar allí presenciando aquello que te supera.
El abismo de la basta Nada que lo es Todo.
Esta es la poesía, un absurdo incomprensible,
cargado de una infinidad inagotable de sentido.
Es el abismal toque de la vida sin maquillaje.
El rostro auténtico del dolor y la dicha,
que se mezclan y entrelazan en una caricia prohibida.
He aquí la muerte del poeta, qué desorientado,
abruptamente frustrado tras la agónica desesperanza,
se lanza silencioso a los pies del olvido,
Y en el enigmático sueño deja posar su último aliento.