Nunca escucharás mi voz
porque te hablo en el silencio
donde el eco se ahogó
en mi pecho, muy adentro.
Nunca tú sabrás quien soy,
lo que pienso y lo que siento;
solo digo que el amor
se acompaña de un… ¡te quiero!
Pero nunca tú sabrás
lo que el corazón alberga
cuando en cada palpitar
diga lo que siempre sueña
porque nunca te dirán
que mis labios te desean.