El dilema del calcetín perdido
Una mañana cualquiera, al salir de la cama,
descubrí un misterio que a todos nos llama:
un calcetín estaba ahí, bien doblado,
¿pero su pareja? ¡Se había esfumado!
Busqué bajo el sofá, en la lavadora,
hasta pregunté al gato, que me ignoró a toda hora.
\"¿Qué haces tú con mis medias, pequeño bribón?\"
Él solo me miró, con cara de indignación.
Intenté usar uno de cada color,
pero causé risas y algo de clamor.
\"¡Miren al rebelde!\", dijeron por ahí,
y yo pensé: \"¿Será moda? ¿O solo para mí?\"
Al final, decidí no pelear con el destino,
aceptar que los calcetines viven su camino.
Y aunque ahora llevo pares desparejados,
al menos mi estilo nunca es cuestionado.