Todo enmudece ante la espera silenciosa de la nada.
Mientras el angélico mutismo de las horas amargas,
recorre los pasillos con un ánfora a sus espaldas.
Buscando antiguas fuentes con nuevas aguas.
Esperando respuestas secretas en sus suaves pisadas.
Pensando que la poesía tiene alguna esperanza.
Buscando olvidados versos mudos
que quizá y solo quizá no quieren ser escuchados.