Llegué al campo,
cómo llovía.
Ellos cómo reían al verme llegar.
Yo empapado de la lluvia que caía,
ni sentía el frío porque, sólo quería pasar
unos días de descanso.
La familia felíz no sabía que ofrecerme,
Exclamé: lo primero es que hay que cuidar lo que he traído!
como siempre enseguida me prepararon
un suculento bocado.
Ellos aprovecharon
de lo que le había llevando!
Que bonito es vivir entre montañas y río,
el canto del gallo y, en el ocaso..
el sonido de los pájaros.
Que venga la inspiración, como
estoy acostumbrado, de lo felíz que soy
allá en el campo.