Me reflejo en su fondo,
el pozo aguarda,
(yo también esperé),
con alivio profundo,
sé que cambiaré.
Cuál si fuese un deseo,
(el destino en mis manos),
humeantes augurios,
que nos hacen humanos,
mitigando nuestros diluvios.
Me reflejo de nuevo,
casi al llegar a su suelo,
tan ansioso de su calma,
sabor de mi alma…
este mundo que tan trágico se ve,
cambia al menos un poco
a través de un pozo de café.