Hay en mi tierra una flor, tan frágil y primorosa
es la blanca mariposa, la bella flor nacional
de blancura sin igual y un aroma seductor
crece lo mismo en el monte que en la ruidosa ciudad.
Florecida todo el año, dulces recuerdos de antaño
llena de felicidad, hoy la tengo en mi jardín
aquí florece feliz, como en su tierra natal
mariposa de cristal, nacarada transparencia.
En luchas de indecencia, se tornó en identidad
adornaba los cabellos, de las mujeres mambisas,
pétalos que con la brisa trae sueños de libertad
y nos dibuja en los labios la nostálgica sonrisa.