Romance en blanco nupcial
¡Que repiquen las campanas
está de fiesta la isla!
Sinfonía de blancura
bajo el cielo tropical.
Como paloma marina ,
en la nave de alas níveas
vuela la novia hacia el puerto,
de la isla Carvajal.
Los albatros que la siguen
son la escolta improvisada,
avanguardia anticipada .
de su cortejo nupcial.
En ese día sin nubes
llena de luz y esperanza
La novia aguarda vibrante
el momento de llegar.
Vestida de punta en blanco,
bella sirena criolla,
subirá por la escalera,
hacia el atrio donde está
nervioso e impaciente
el novio que desespera
por tenerla ya a su lado
y conducirla al altar.
Con perlas su cuello adorna,
los pies calzados de raso ,
sobre el pelo de azabache,
mantilla tradicional.
En las manos temblorosas
un ramillete de rosas
y el rosario de la abuela.
Como gran broche final
Dichosos se ven los padres
por concederla al mancebo
que prometió amor sincero
y hacer su felicid
¡Que repiquen las campanas
está de fiesta la isla!
Sinfonía de blancura
bajo el cielo ecuatorial.