Contigo, conmigo...
Contigo, conmigo sale el sol en la mañana
y me abraza como me abrazan tus brazos,
desde el despertar hasta la vida,
la vida que contigo quiero vivir,
vivir y morir en ti es un contento,
te vivo, te amo, te siento piel de mi piel,
verso de mi verso, carne de mi carne,
entre el bien y el mal nos tenemos.
te tengo en cada beso, en cada abrazo,
cuando me entrego a tus encantos todas las
madrugadas frías, en noches largas
me quedo en tus brazos amándonos,
sintiéndonos y teniéndonos hasta sentir los huesos
y la fuerza de la sangre que nos junta al sentimiento,
sentimiento de entregarnos a la pasión.
somos piel, silencio... Amor conjugado
del verbo amar, amar hasta que nos duela,
en la ausencia nos pensamos y nos buscamos,
nos tenemos entre rimas, versos y poesía.
Contigo, conmigo somos universo.
Contigo hasta el más allá para vivirnos en la otra vida.
¡Somos destino, Amor! Dios juntó nuestras almas,
en una sola alma, vida que se vive y se siente
desde adentro del alma amándonos con el pensamiento
y el alma, nacidos de Dios desde el vientre de la poesía.
...Jurando amor eterno. \"Lo qué sólo por AMOR se jura\"
con la piel desnuda y el alma unida en una sola alma.
un solo cuerpo y espíritu, amores y deseos
desgastándose las articulaciones del placer,
tú muy mío y yo muy tuya con orgasmos de poesía
desde las vértebras, hasta sentir hervir la sangre
agolparse en una herejía de besos y pasiones,
perdonando el pasado y viviendo el presente,
en la entrega de dos cuerpos celestiales,
cómo Ángeles desnudos arrojados desde el cielo
envueltos en llamas ardientes de pasión,
como castigo y bendición, etéreos en lo eterno,
santos y puros consumidos por el deseo de tenernos.
¡Te Amo, mío! ¡Siempre mío, siempre tuya!
Contigo, conmigo desde el día que te conocí,
desde ahora y hasta la muerte con letanías de amor.
Eres un Ángel caído del cielo enviado de Dios para mi.
Siempre mío, siempre tuya. ¡Eres mi ángel de Amor!
Contigo, conmigo para tenernos eternamente.
Alicia Pérez Hernández… México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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Sábado fue, y capricho el beso dado,
capricho de varón, audaz y fino,
mas fue dulce el capricho masculino
a este mi corazón, lobezno alado.
No es que crea, no creo, si inclinado
sobre mis manos te sentí divino,
y me embriagué. Comprendo que este vino
no es para mí, mas juega y rueda el dado.
Yo soy esa mujer que vive alerta,
tú el tremendo varón que se despierta
en un torrente que se ensancha en río,
y más se encrespa mientras corre y poda.
Ah, me resisto, más me tiene toda,
tú, que nunca serás del todo mío.