ROSA Y CACTUS
Rosa, delicada en su rojo fulgor,
abres al viento tu suave corazón,
con pétalos de terciopelo,
que en la brisa susurran secretos de amor.
Tu fragancia se mezcla con el aire,
como un suspiro que al alba se esconde,
pero a veces, en tu sendero callado,
el cactus te observa, firme y guardián.
Sus espinas, duras como la memoria,
te roban un roce, un toque fugaz,
y entre la suavidad de tus curvas,
se esconde el peligro de un beso brutal.
Mas no temes, rosa de pasión,
tu belleza florece aún con la herida,
y en cada espina que te roza,
te haces más fuerte, más viva.
En un rincón del jardín,
donde el sol se cruza con la sombra,
la rosa y el cactus, opuestos en su ser,
bailan una danza sin final ni fin.
© Corazón Bardo