Dos corazones entrelazados…
de intenso carmín están pintados,
en una vieja hoja grabados.
Solo eso ha quedado…
de nuestro recuerdo cuando enamorados…
y nada más.
Como nos ha pasado el tiempo…
con inexplicable ligereza,
y sin alguna certeza…
de a donde se ha de llegar.
Pero van pasando los días…
con vertiginoso apuro…
sin dar ninguna explicación.
La vida es un desplazamiento…
que se presenta delirante…
y otras tantas frustrante…
como el destino se antoja.
A veces de largo trayecto,
y otras fugaz desaparece…
sin dar oportunidad a despedirse…
sin ese abrazo del adiós.
Observándome en el espejo…
descubro en mi triste mirada…
el entusiasmo ya cansado…
con ganas de renunciar.
Recuerdo la travesía…
de mil sueños de adolescente,
y los dorados propósitos…
que acompañaron mi juventud.
Hoy me veo diferente,
ahora intriga la incertidumbre…
y me hostiga la indecisión,
como presagiando…un solitario final.
Pero no siento dolor,
ya no es miedo,
ni me asusta la inclemencia…
de todo aquello que vendrá,
solo espero que concluya…
esta historia sin futuro…
de este irónico desamor.
Hay nostalgia en mi semblante…
y no la he podido evitar,
quizá, por lo que no ha florecido,
o tal vez, por lo que hubiese podido ser.
Los dos corazones entrelazados…
es lo único que ha quedado…
de aquel sentimiento breve…
que a pesar de lo temporal…
se ha convertido de pronto …
en una pasión inmortal.