Mil vaggio

Al sol.

Entre las ramas viene el sol, entra como apenado, sigiloso, como que toca y no toca, como que entra con un pie y luego despacio asoma el otro, y hay una danza de luz y hojas, y la tierra vibra resplandeciente, entonces él se arrebata y colma todo con su luz, penetra por todas partes y el mundo danza por todos los rincones. En las aldeas vuelve el bullicio de otro día, los tendederos llenos de ropa, el café tirado sobre el patio, los caballos corren por el llano y el jornalero se cuelga su itacate y se dirige a arar la tierra. La luz, siempre la luz, que es un despilfarro de colores sobre el río, y calienta las plumas del pájaro. Sol que ahora te retiras tras la montaña, mañana volverás como quien ama por vez primera.