Te regalo mi Habana, que vuela en melodías
alegrando tus días cual mañana de sol.
Habana, bella diosa corazón de canela
piel de azúcar morena, aguardiente y sabor.
Habana cadenciosa meciendo sus caderas,
provocando miradas encendidas, pasión
Habana sonriente, aun teniendo mil penas
pues sabe que la risa atormenta al dolor.
Habana, que estremece tu cuerpo con su roce,
Habana que al mirarte con sus ojos de mar
se desnuda de golpe bailando al dulce ritmo
en sensual armonía invitando a soñar.
Aquí estoy sin medida, al final de esta entrega tan solo para ti
con fuerte percusión de tambores cubanos
llevándome tu cuerpo rendido entre mis brazos,
porque tu alma hace rato que ya me la bebí.