Me lancé hacia atrás
en el tiempo,
con brutalidad,
sin llevar mis recuerdos.
Era como un sueño,
transfigurado en sonidos,
melodías moduladas,
en matices de ambigüedad.
Caí casi consiente,
un tanto ausente,
por trastorno del delirio;
la doble negación del martirio.
Ahora veo este espacio,
quieto y nuevo,
desde la levedad del desvelo…
con tanto desapego.