La coreografía de este eslabón, comienza en el cielo.
Las nubes:
bandada de pájaros que se nutren de un sol donde la memoria nos mira.
El mundo insiste en los milagros, en el canto que elude a las murallas.
Para beber café hay que masticar los granos de la altura y hacer del mero reflejo un instructivo para romper la jaula.
El cielo es un poema que me persigue.