Nunca viene Dios
a recoger lo que queda
de mis huesos
el camino de las ideas
otra vez
lo marca el diablo
el miedo asoma
a la cornisa
de los malos pensamientos
torpe me muevo
entre ingrávidos sueños
si caigo
no vendrá mi perro
a lamer mis heridas
y
tu saliva es veneno
escupe cianuro
a veces ternura
manifiesto de amor
encubierto
tacones afilados
pisando mi corazón amargo
llueve
ahí fuera
gira la derrota
idiotas razones
en mi cabeza
notas ligeras de impaciencia
pinceladas de nostalgia
la parca
en su burbuja del tiempo
hila que te hila
espera paciente
el preciso momento
para cortar
y
traerme
al sueño eterno