Todo en tinieblas, se ha marchado,
el lucero de mis noches,
se ha ocultado, y el azul de mi cielo,
en un lamento no responde.
Donde va mi corazón ahora,
si nadie lo acaricia en las sombras,
suspiros ahogados, dulces y amargos,
en la penumbra, su eco se desmorona,
buscando las luces que ya no se asoman.
Las estrellas, guardianas de sueños perdidos,
se esfuman como el rocío del alba,
en cada latido, recuerdos heridos,
un suelo helado para el alma descalza,
y el tiempo vuela en su danza engañada.
Lucero, regresa que mi mundo es tu luz,
devuélveme el azul que un día me alzó,
ahora solo hay penumbra y un triste destino,
un corazón errante, sin norte, sin voz,
hundido en la tristeza que tu ausencia dejó.
Andrea ©
18/01/2025