Son la puerta hacia mis risas,
alivio de mi tristeza;
son la calma de mis prisas,
mi equilibrio y fortaleza.
Son mis mejores amigas,
no me defraudan jamás;
son soporte en mis fatigas,
son un poco mis mamás.
Compañeras en las buenas,
pero también en las malas;
apoyándome en mis penas,
me levantan..., son mis alas.
Hemos vivido momentos
que siempre recordaremos,
entre risas y lamentos,
juntas, todo lo podremos.
Hermanas como las mías
son un regalo de Dios,
el sol de todos mis días;
las amo mucho a las dos
Dedicado también a nuestra otra hermana; aquella que voló con sus alitas de ángel y ahora nos bendice desde el cielo.