No existen razones
para no aplaudir
la felicidad que nace
de un amor por descubrir.
Al fuego de la noche,
al tacto de unas manos,
al bocado más sabroso
y su pelo tan cuidado.
Nada es comparable,
van y vienen los suspiros,
que el comienzo de un amor
es perder el juicio.
Que nazca temprano
cuantas veces se quiera,
que naciendo el querer...
¡Igual que la primavera!