Con ímpetu de cóndores andinos
tus versos las alturas remontaron;
y llenos de cadencias nos dejaron
del ave celestial sus regios trinos.
Tus dones tan gloriosos y divinos
Calíope y Thalía te otorgaron;
y fúlgido de luz, te coronaron
¡Poeta de los cantos cristalinos!
Tus letras con raíces esotéricas
describen de tu estirpe bella historia;
con esas pinceladas tan homéricas
que fulgen como sol en la memoria;
con auras de amplitudes hemisféricas
que dieron a tu patria magna gloria.
Autor: Aníbal Rodríguez.