Una noche más, un día más,
pareciera que da igual,
pero no, claro que no.
Viajé de muy lejos,
de un pequeño rincón del mundo,
de un continente alegre,
a la alienación europea.
Muy cerca del Mediterráneo estoy,
soportando entre las dudas y el frío,
pero la noción del tiempo me tiene presa.
Busco el éxito que todos esperan,
yo busco mi emancipación.
Como desubicada vivo,
desquiciada en un vano intento.
Pero soy feliz.
En el dolor aprendí a ser feliz,
y aún soy feliz esta noche en Murcia.
Teniéndome a mí misma,
en esta soledad
donde solo el pasar de los coches se oye.
Soy feliz porque me tengo a mí y a ti,
a ti, mi querida amiga,
a esa poeta que hay en ti.
En las noches de Murcia,
lejos del bullicio de las luces
y de esta época feliz del año,
me aparto de ti.
Me alejo para hundirme en versos,
en cuadrar metáforas,
en darme por vencida
ante mi torpeza y vacío.
Sincera soy, eso sí.
Soy una poeta que no miente,
mucho menos cuando la noche viene
en esta ciudad que es mi nuevo mundo.