Mi aliento era gélido y en apacible avalancha de alud de soledad escogida
escalofríos del alma a la escucha del habla de mi cuerpo invernado y dormido
arropada al cobijo del calor del anhelo de nuestros cuerpos desnudos y fortuitos
deambulando hacia la estación del renacer de los florecidos y afrutados días
Y me abro paso a los aires de primavera al mimo de una deliciosa y sutil caricia
mientras nuestras pupilas se abren y besan en la calidez del mutuo descubrimiento
pieles cansadas de ropajes pesados se despiertan a los instintos de brillante luz
danzo con las nubes rendidas al sol y los cerros cantan al esplendor fresco esmeralda
Entro en el estío hervor de venas ardientes y con ansia de devorar y descubrir la vida
las pieles se despojan y desnudan tímidas e hipnóticas ante tórridas miradas de apetito
cueros transpirados y brillos de pieles expuestas a estímulos vibrantes y sofocos sentidos
belleza de tonalidades vivas y noches de ardor al desvelo de cuerpos febriles y excitados
Y sigo bailando hacia la estación de días de paleta color ocre y ocaso de hojas desprendidas
anhelaré las bocas sedientas y los cantos de sirena del mar donde me bañé en el verano de la noche
esperando seguir caminando al amparo de tu abrazo y amorosa mirada que me abrigará y dará cobijo
en las noches de un nuevo invierno al calor de nuestros cuerpos ya sabios por el tiempo vivido