Una simple mirada,
Tenue, lejano el horizonte.
Aquella melancólica mirada,
Las manos a la espalda, atadas
Le efigie de su vida
Al abrigo de su compañera.
Árboles en la carretera.
Aquellas reflexiones fulminadas
El sentido perverso,
La razón perdida,
El aire viciado, sucio.
La extraña ilusión que no llega
La ensortijada sombra
Sobre el bituminoso asfalto,
Sobre los ecos apagados,
De aquella ansiada vida, apenas con vida
Perdido en el frondoso bosque,
El sol oculto por la niebla,
El barranco sin fondo:
Por un momento, creyó volar
¡No lo podía creer!, ¡su vida sucumbía tras el desaliento!