Jorge L Amarillo

Sentí que se había muerto mi alma

Esta noche no fue simplemente una noche más.
Esta noche sentí que se había muerto mi alma.
Lo supe al ver en duelo a mi sombra en la oscuridad
y a las estrellas esconderse detrás del mar en calma...
 
 
Solo hubo en mí unas lágrimas que yo antes jamás
las vi tan frágiles que al caer se destrozaban.
De pronto me sentí perdido en la inmensidad
y sabía por qué la soledad, entonces me abrazaba...
 
 
Mis sueños en duelo no los quise despertar.
Una parte grande de mí se quedaba sin nada.
Fue mi primera noche, dividido justo en la mitad
donde la noche sin luna hacía más dura la trama.
 
 
De mirarme en un espejo no tuve la necesidad
el dolor no era un reflejo de lo que estaba en mi cara.
En la noche donde estaba frente a mí el mar
¡Sin saber por qué supe que se había muerto mi alma!