El céfiro me trajo unos versos
escarchados envueltos en neblina.
Ella estaba allí cubierta de bruma
Sal de la niebla y ven a mí
te estoy esperando
ilumíname con tu presencia.
Soy tuyo, ya lo sabes
Desnúdame con tu mirada
Cobíjame entre tus alas
Llévame contigo
Atrápame con tu cintura
Y al amanecer volemos
al horizonte donde se pierden
las almas amadas.