Mirando el recuerdo de mi adolescencia,
igual que calido y árido desierto,
casi siempre alucinando; muy despierto.
vislumbrando con ahínco mi existencia.
Del sol sentí su prudente y tierno abrazo,
Los rayos, calor, como consejo tenue.
Observa todo; ¡ Ay de tí! si no te mueves,
tan sólo de mí sentirás el rechazo.
Corre, anda vé, busca, disfruta el oasis,
medita buscando en tus noches serenas
disfruta el aroma de las azucenas
y ve sabiendo que esta vida es un éxtasis.
Guarda siempre de las flores el rocío,
pues sin ellas; te sentiras muy vacío.
Dr. Salvador Santoyo Sánchez
16/01/2025