Ensayo: La Vida No Es Pasajera
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez
Seudónimo: EMYZAG
¡Amor! La vida no es pasajera. Si amaste con pasión, con vehemencia y con amor del bueno, pues, te digo que la vida no es pasajera. Si queda el amor, la vehemencia con que amaste, diste y entregaste todo el amor es que existe en tu solo corazón. La vida no es pasajera, si se tiene el caudal, la gallardía y la manera de amar coherentemente con la vida, el alma y el corazón. ¡Amor! La vida no es pasajera si se tiene el corazón ardiendo de amores inciertos que en el corazón quedan como el latir fuerte del corazón. La vida no es pasajera cuando se tiene el dolor de amar con el alma y en el corazón se obtiene el deseo sin poder fraguar en el alma que no detiene el calor ni por tan sólo el amor que se le tiene a la vida misma.
¡Amor! La vida no es pasajera. Ya te lo tengo dicho. La vida pasa, sí, pero, queda el amor y la pasión en el alma llena de espantos, de dolores, y de incierto porvenir. Si afortunadamente se detiene la vida en el alma y más en el corazón de cada día y de cada nuestro dolor, pero, no el amor, como hay cosas que no cambian y que desafortunadamente no tienen ningún reclamo de vida, de alma y de corazón. ¡Amor! La vida no calma el deseo y el corazón de caer en el recelo de la actuación viva y de creer en el coraje de entregar la vida, el corazón y la esencia misma. La vida no es pasajera. Si el alma no comienza a desperfilar la vida ni la esencia en el corazón cuando ocurre el trance de la verdad y de la efímera atracción de definir las cosas como es la vida misma.
¡Amor! La vida no es pasajera. Ya te lo tengo dicho. La vida no pasa como no es pasajera la vida como en el trance de la verdad que el instinto frío se convierte en calor. Si en el arte de la verdad y de la actuación se debe a que la vida friolera convida en el trance de la verdad con el calor como la pasión vehemente que comienza a despilfarrar a la vida si comienza a sentir la suavidad inerte en el suave encanto de la vida, del amor y del corazón enamorado. ¡Amor! La vida no es pasajera. Ya te lo tengo dicho. Cuando, en el trance de la verdad, la vida queda en un naufragio y a la deriva del amor cosechando buenos instantes y momentos gratos en amar como Dios manda.
¡Amor! Dame la solución a éste dilema si la vida es o no pasajera. Y, te digo que la vida no es pasajera cuando en el tiempo y en el aire socava muy dentro de la actuación de la vida y del tiempo inocuo y vivir de fantasía no es correcto si la vida no es una actuación sino una vivencia autónoma en poder crecer. ¡Amor! Dame la percepción de un todo cuando en el alma y en el corazón queda como el dolor de cabeza yendo de un lado a otro buscando la manera de salir del trance del dolor queriendo amar y amarrar la vida en un convite de buenas sensaciones en querer amar con el corazón y con la vida misma.
¡Amor! La vida no es pasajera. Si en el deseo y en el corazón la vida comienza a destruir el odio, el rencor y todo error como la única salvación de una sola renovación del corazón y del alma. La verdad, en combate, queda frío el dolor cuando en el corazón hay y existe amor como la pasión dispuesta a amar. ¡Amor! La vida no es pasajera cuando el amor y el corazón se renuevan para seguir el hilo del amor y en todo corazón se enaltece la vida y el amor en cada pedazo del latir del corazón. La vida no es pasajera cuando el amor queda en la vida queriendo irrumpir en un nuevo destino y en un nuevo camino con otros entes que sublevan la vida, el amor y más el corazón en querer continuar la vida, el amor y más el amor dentro del corazón.