La experiencia al sabio guía,
el estudio a la mente despierta,
la ignorancia al burro acorrala,
¿Mas si el burro sabio, inteligente e ignorante es… qué enigma encierra?
El maestro, en su cátedra inmutable;
la alumna, bella de alma pura.
A él, un amor le hace falta,
a ella una ilusión...
se encuentran, se miran y el amor despierta; la chusma lo murmura...¿y?
No es santo el maestro, aunque sienta;
a su verdad no le excusa de humanidad..
A ella la expulsarán pero ese amor...
en tierra inmoral sembrado… ¿florecerá o se marchitará?...
el miedo se asoma a sus almas, la duda encierra sus corazones...
si los descubren...¿los juzgarán o los compadecerán?...
Un ladrón, en sombras del camposanto,
a su madre, difunta, visita en silencio...
Sin rosas llega, su pobreza lo condena…
En tumba cercana, unas flores encuentra;
con pesar, algunas toma, su necesidad lo impulsa.
¡Oh!, el guardia lo sorprende, con ira lo increpa;
su falta de respeto, una ofensa lo acusa.
Su rostro conoce, la alarma suena,
y él huye, desesperado, una carta al viento entrega...
¿Los muertos sienten? ¿El dolor de las ausencias…?
El cristiano, a la gloria eterna aspira; el católico, la vida tras la muerte vislumbra;
el mormón… bueno, sus creencias son… particulares.
¿Desdicha del ladrón, que a su madre no vea,
o designio cruel, que su camino cruza…?
Si el robo cuestiona… ¿su conciencia despierta, o el eco del pasado atormenta?
Perfecto ni justo, nadie es en verdad.
El justo, a veces, falla; cree obrar bien,
sin ver que el bien, a veces, sombra oculta.
El perfecto, en su virtud, una carga lleva.
Mejor es ser común, lo simple disfrutar,
sin tanta carga, ni cuestionar
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