Más azul que violeta caía la tarde,
en la ciudad surcada de raudas golondrinas.
Por el verde del prado caminabas
y ponías tu mirada, en un interrogante.
Tu llegar se volvía furtivo, casi etéreo
y asomaban claveles y geranios florecidos,
en medio de jardines sollozando.
¿Tú me nombras amor, en esas horas,
cuando tus pasos se vuelven solitarios?
Más azul que violeta caía la tarde
y en la mesa, claveles
y geranios esperando.