A mi abuela la recuerdo
como el pan de cada día.
Ella siempre nos decía:
tienen que vencer sus miedos
y también ser muy valientes;
además, también honestos
y a la ayuda, siempre prestos,
sin ofensa a quien ofende.
Muéstrense muy respetuosos
y también, muy responsables.
Sean las personas fiables
liberadas de sus odios.
Deben ser siempre prudentes
no molesten al vecino.
Trátenlo con tacto y tino
para que él también respete.
No maltraten las mujeres,
recuerden quién los parió.
Ese consejo nos dio,
no se olvidan, son vigentes.
Le recuerdo su carácter,
su mirada y su templanza.
Era vasta su enseñanza
con palabras respetables.
Pero… siendo muy honesto,
más de alguno no cumplí;
y este día, que escribí,
soy sincero, me arrepiento.
Bien se dice que en la casa
comienza la educación.
¿Se extravió esa tradición?
¡Qué será de aquí a mañana...!
Que descanse ahora en paz
para siempre Mamá Nicha,
yo también tuve la dicha,
de su apoyo maternal.