Se había formado,
su silueta con la brizna…
(venas de lluvia),
tan delicada, tan distinta,
era una mañana de domingo.
Caminaba hacia la deriva,
por la rambla infinita…
(extraviándome en su prisma),
palpitaba su distancia,
siendo una voz de esperanza…
y de desgracia.
Una luna perdida en la tormenta,
cuando del sol se escapa,
(queda la nostalgia),
brillando pálida su magia,
la locura me desconecta,
era una mañana de domingo.