La roca golpeada por las olas
lloriquea sin cesar
y sus lagrimas
vueltas espumas
blancas de penas estan.
Altanera como siempre, poderosa, inclemente,
actuas sobre la roca,
que aunque poderosa
es humana y siente.
Nadie puede comparar
el sacrificio de un alma en pena,
cuando suenan las alarmas
de lo dicho a ti te da pena.
Lacerante son las olas,
y tu olvido mucho más,
ese amor tuyo montaraz,
que me dejó sin más.