Foto de mi juventud, cuando estaba enamorado en Cumanacoa.
Frente a la rockola
del bar,
el despecho brota
sin parar.
Escucho líricos boleros
que acentúan mi pesar.
Mientras tanto
tomo cerveza
y con amigos
converso,
sumergido en
mi tristeza.
Luego voy a una Tasca,
entre tapas y licores,
sigue mi actitud lánguida,
sin asomo de rencores.
Me duele el corazón,
murió el amor
y estoy acongojado
sin asomo de furor.